19 de junio de 2007

EL LOCUTOR, UN CULTOR SOCIAL

Por Wolfgang González Beluche Comunicador Radiofónico, Periodista y Catedrático Universitario wolfnost@gmail.com 2006

La combinación de la voz con el dispositivo de transducción denominado micrófono, permite recibir el sonido para transformarlo casi inmediatamente en electricidad. Con el paso del tiempo, los avances tecnológicos desde principios del siglo pasado (S.XX) hasta el actual milenio, han contribuido como entes conductores de la noble profesión de locutor (a). El diccionario de la Real Academia de la Lengua, define locutor como: “Persona que habla ante el micrófono, en las estaciones de radiotelefonía, para dar avisos, noticias, programas, etc”. Aunque respetuosos somos, consideramos que este digno valuarte de “la lengua de Cervantes”, nos quedó un poco corto, pues merecido es, que nos apeguemos a sus primeros pasos, destacando los más gloriosos. Con el desarrollo de las dos (2) grandes conflagraciones mundiales del pasado siglo, se robustece esta especialidad, por un lado a través de las investigaciones científicas que permitieron conocer el fenómeno de la radiotransmisión de las ondas electromagnéticas (comúnmente denominada “sin hilos”) y por el otro, la proyección de las y los responsables de esta área, por conocer una mejor mística de trabajo para (como plantean los funcionalistas de la comunicación) informar, educar y entretener por este medio... la radio. Estos elementos no dejaron que el calendario transcurriera sin importancia, hubo aportes en extremo valiosos para modelar segundo a segundo el profundo significado de excelencia que deseamos destacar. Como el mundo es mundo y comprobado está que gira sobre su propio eje, Panamá aportó su pequeño pero representativo “grano de arena” para esta causa. Pero no todo fue color de rosa, el desarrollo de la radio en nuestro país pasó por momentos difíciles, en donde autoridades ajenas a nuestro suelo, hasta llegaron a emitir prohibiciones en torno a la transmisión de ondas hertzianas, alegando que estas distorsionaban sus contactos estratégicos a través del éter. Esta postura enunciada, en lugar de amilanar, fustigó el espíritu rebelde ante la falta de equidad, dando como resultado, emisiones que enarbolaban el estandarte de la vergüenza y autodeterminación. Hablamos de la otrora radio “Tembleque” y sus fundadores, los cuales todavía continúan haciendo historia por ese espíritu de constancia, combatividad, trabajo en equipo, disciplina y organización. A pesar de las condiciones tan peligrosas por las que a diario atravesaban, hicieron frente al reto del clandestinaje “en su propia casa”. Este hecho y otros subsiguientes, motivaron un amplio desarrollo de la radio y por ende, de locución profesional, en lo que denominamos nuestra pequeña “S” acostada. Es conocido que la persistencia nos permite superar obstáculos, pues ya de manera formal, la Gaceta Oficial Nº 21,085 del martes 5 de julio de 1988, promulga el Decreto Nº 47 de 27 de junio de 1988, el cual crea el Día del Locutor para todo el Territorio Nacional. El documento lleva las rúbricas de Manuel Solís Palma y Rodolfo Chiari De León, quienes en su momento se desempeñaron como Ministro Encargado de la Presidencia de la República y Ministro de Gobierno y Justicia respectivamente. Existen preclaros momentos dignos de resaltar que las nuevas generaciones desconocen, ya sea por inobservancia o carencia de autodidáctica. Esta actitud es reprochable, pues se enaltece la ignorancia, postura que no debe ser condenada por que exista...pues todos (as) la poseemos en mayor o menor grado dependiendo de la temática, lo reprochable sería, que la desarrolláramos como un medio de existencia. Siempre es oportuno presentar anécdotas, en una amena conversación sostenida con don Celso Contreras padre (a quien conocimos cuando fungía como subsecretario General del Sindicato de Periodistas de Panamá), uno de los grandes baluartes de la locución nacional que todavía nos permite disfrutar de su talento (pues esto es imborrable) y gran receptáculo de experiencias. Decidimos compartir el espacio en compañía de dos (2) oportunas tazas de aquel reconocido líquido negro de ascendencia africana, que por lunas y soles continúa adornando las tertulias desde los encumbrados palacetes, hasta los más humildes recovecos. El “Profe” (como cariñosamente llamamos) nos presentó un copioso cartapacio repleto de documentos, que el amarillo de sus páginas resguardadas, motivaba a cualquiera que poseyese un basto ánimo histórico e investigativo, para conocer sobre aquellos instantes no vividos en su calendario. Don Celso ajustó sus gafas y tomado un profundo respiro, inició una muy interesante narrativa, manifestando inicialmente que gran parte de las gloriosas figuras de la locución nacional, ahora ni siquiera son conocidas. El “Profe” nos mencionó, que al momento de incorporarse al mundo de la radio panameña, ya existía el Club Radial Ondas (al cual se incorporó), una organización de porte social, la cual se encontraba integrada por prestantes figuras (ya algunos desaparecidos físicamente), que en aquel momento estuvo encabezada por don Ramón Pereira P. Esta agrupación se reunió en la Ciudad de Chitré, Provincia de Herrera, para llevar a cabo el Primer Congreso Nacional de Radio, que en su defecto, permite la creación de el Día del Locutor. Nos comenta nuestro entrevistado, que diez (10) años más tarde, en 1956, estando en compañía de don Lorenzo Sánchez Galán y de otros colegas, fundaron en la ciudad capital la Asociación Panameña de Locutores (A.P.L.), que en realidad según don Celso, funcionaba como un sindicato. Esto dio pie para que nuestro país sirviera de escenario a la realización del IIIer Congreso Interamericano de Locutores durante ese mismo año (1956), teniendo como sede El Hotel Panamá. Durante esta actividad, don Lorenzo Sánchez Galán fue electo Presidente y sobre nuestro entrevistado (el “Profe” Celso), recayó la posición de Secretario Tesorero, sendos cargos que debían ser ejercidos por espacio de un año, pues en base a los estatutos del gremio regional, estos correspondían al país sede de la actividad. Permanecieron en dichos puestos hasta el año siguiente (1957), donde asistieron al IV Congreso en Santiago de Chile y traspasaron los cargos respectivos a los colegas de aquel hermano país. La A.P.L. tuvo sus oficinas en la planta baja de la antigua sede del Sindicato de Periodistas de Panamá (entre avenida México y calle Ecuador de nuestra ciudad), donde en estos momentos se encuentran parte de las instalaciones del Hospital del Niño, pues a través de una permuta con el estado, las mismas fueron cedidas por la organización que alberga a los obreros de la pluma para el referido nosocomio, a cambio de otro bien inmueble localizado en las faldas del imponente cerro Ancón. Nos percatamos de lo emocionado que se encontraba don Celso Contreras, cada vez que de él brotaban los imborrables recuerdos, sobre todo cuando nos dijo que los locutores cumplían con el gremio, colaborando con el pago a tiempo de sus cuotas, demostrando con esto mucha vocación. Además, nos comentaba que para celebrar en aquellos momentos la fecha (el día del locutor), posterior al sorteo de la lotería se reunían con locutores de distintas partes del país, se hacían competencias deportivas y posteriormente se trasladaban al “Salón Los Platillos”, que era cedido para la ocasión por la Cervecería Nacional. Consideramos oportuno señalar, que todavía algunos (as) prefieren denominar a el segundo domingo de junio como “día de la radio”, circunstancia que ha sido en muchos casos discutida y aclarada, pues la celebración está destinada a exaltar a las y los profesionales del micrófono, por ser la figura más representativa de la radio, encontrándose en contacto permanente con la comunidad, apareciendo salvaguardada esta festividad, con el fundamento de derecho respectivo aparecido líneas arriba. Existe un viejo adagio que reza: honrar honra, qué mejor forma de rendir tributo a todos los hermanos y hermanas del micrófono, que siempre mostraron un desempeño intachable, brindándonos de esta manera el más grato ejemplo... como siempre lo ha sido. Etapa que se inició con interés propio, para posteriormente profesionalizarlo en las aulas de enseñanza superior, pues esto (la locución) es una especialidad... ¡basta de las improvisaciones! Saludos a los caballeros y damas del micrófono... a ellos y ellas que solo se nos han adelantado en el viaje sin retorno, pues continúan inmortales en las páginas de la historia que tantas generaciones ayudaron a construir. A los que todavía son responsables de transmitir cultura, educación, ética, moral y valores por medio de esta sin igual herramienta de trabajo, mil gracias por sus continuos consejos. A los valores bisoños, les recomendamos que nutran su intelecto y lo compartan con sus futuros oyentes a través de su idioma: el español, pues la audiencia merece lo que en algunas partes del dial, ha desaparecido como los dinosaurios: la vergüenza, el respeto y la calidad... o sea, un cultor social. ¡Felicitaciones!